El encanto del vals
Cuando pensamos en vals, rápidamente nos viene a la cabeza la imagen de un pareja de porte principesco, bailando con gran elegancia en un amplio salón. El encanto del vals es innegable. Majestuoso y elegante, hace que los bailarines giren de forma hipnótica sobre la pista al ritmo de la música clásica. ¿Conoces la historia de este baile de sangre azul?
La historia del vals
El vals antes que baile, fue un ritmo musical que nació en el Tirol austriaco, allá por el siglo XII. Algunos investigadores sostienen la teoría de que el vals, como baile, proviene de una danza llamada volte, que se practicaba en el siglo XVI. Sin embargo no fue hacia la década de 1760, cuando encandiló a la nobleza vienesa. Y a partir de entonces, se expandió por todo el mundo. Un dato curioso es que el vals inicialmente tenía un ritmo pausado que pedía movimientos lentos. Por el contrario, en la actualidad es una danza que exige un ritmo rápido y vivo.
La característica musical del vals es su tempo de 3/4, aunque se puede bailar de maneras distintas según la situación y el estilo concreto. El vals vienés es uno de los bailes sociales más elegantes a la par que sobrios. Al fin y al cabo esos eran los rasgos que definían a los países centroeuropeos en la época en la que el encanto del vals comenzaba a desarrollarse. Eso sí, aún tuvo que pasar un tiempo para que llegase a aceptarse que una mujer y un hombre pudiesen agarrarse como requerimiento social del baile. Los prejuicios morales rechazaban este frente a frente, por lo que la ejecución del vals se hacía con movimientos donde no había abrazos. En el caso de que la pareja tuviese que agarrarse, se hacía de lado y solo con las manos. Una vez que el abrazo durante el baile dejó de estar mal considerado, aún quedaba por superar otra traba: la mirada. La intimidad del abrazo y la cercanía cara a cara, ya era demasiado para las mentes puritanas de entonces. Así que cada miembro de la pareja, debía girar su cabeza hacia un lado distinto durante el baile. Hoy día, aunque no es obligatorio, es una de las normas en las competiciones. Y podríamos decir que es parte del encanto del vals.
El vals en las bodas
El encanto del vals era muy apreciado por la realeza, y a partir del siglo XIX comenzó a formar parte de las bodas de palacio. Se adoptó la costumbre de que los príncipes danzasen un vals siendo el primer baile que compartían una vez declarados marido y mujer. Esta moda se expandió rápidamente a la población general y todavía se mantiene hoy en día. Este primer baile es un momento muy emotivo en los casamientos y los novios suelen dedicarle bastante tiempo a practicar. El atuendo ideal para reforzar el encanto del vals, debe ser impecable. Los hombres llevan un elegante frac, y las mujeres, un vestido largo y con movimiento que luzca en cada giro.
Existen otras celebraciones en las que el baile del vals es el momento culminante. Por ejemplo las fiestas de 15 años, muy populares en países latinoamericanos. En estas celebraciones de transición de la infancia a la madurez, es común que la joven inaugure el baile, danzando un vals con su padre.
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