Consejos para cuidar los pies después de una clase de baile
Cuidar los pies es un gesto importante en cualquier persona, al fin y al cabo son los pilares que nos sostienen y nos llevan por el mundo. Pero aún es más imprescindible en el caso de bailarines para quienes los pies son una herramienta de trabajo. Igualmente, los aficionados que practican bailes de salón, latinos o danzas urbanas en una academia de baile de forma regular, tienen que cuidar mucho esta parte del cuerpo. Si un dolor de pies es fastidiado para cualquier ciudadano estándar, para los bailarines, profesionales o amateurs, puede ser un auténtico trastorno. Por eso, hay que prestarles toda la atención, antes, durante y después.
Problemas más habituales en los pies de los bailarines
Cada estilo de baile requiere una serie de pasos y movimientos específicos del pie, que generan más propensión a un tipo de dolencias concretas. Estas son las más frecuentes:
- Esguinces de repetición
- Rozaduras y heridas
- Callosidades
- Tendinitis
- Sobrecargas musculares
- Bursitis
- Uñas incarnadas
- Juanetes o dedos en garra
Cabe mencionar el ballet en punta es el estilo de danza que más daños causa en el pie, aunque cualquier tipo de baile tiene riesgos si no se toman precauciones. Uno de los aspectos más importantes es elegir un calzado de calidad y adecuado a cada pie. Tiene que ser muy flexible, cómodo y resistente para soportar saltos, movimientos bruscos, giros, pisotones. También tiene que ser un calzado transpirable para que no acumular humedad que pueda dar lugar a hongos. Hay que controlar también la altura del tacón para evitar esguinces, torceduras de tobillo o pérdida de equilibrio. Lo aconsejable es probarse el zapato antes de comprarlo, para asegurarnos de que es de la talla perfecta, que tiene una buena sujeción y que nos resulta cómodo.
Cuidar los pies antes y después de bailar
Los pies tienen que estar perfectamente cuidados, con las uñas bien cortadas, y sin durezas. De lo contrario, es más fácil que se produzcan rozaduras dolorosas y que se formen callosidades. Esto significa que conviene exfoliar e hidratar a diario los pies, y si se baila con frecuencia e intensidad, puede ser interesante acudir a un experto en podología y biomecánica. Estos profesionales suelen tratar a deportistas y se encargan de hacer un estudio biomecánico del pie para conocer la forma de la pisada en diferentes actividades. Además, pueden proporcionar sesiones de quiropodia que evita que se formen durezas en las zonas que reciben más presión durante las sesiones de baile. Al mismo tiempo, puede vigilar el desarrollo y el mantenimiento de las uñas para evitar deformaciones y la molesta uña encarnada.
En nuestra casa, también podemos cuidar los pies después de haber estado bailando. Un ejercicio muy relajante es deslizar la planta del pie por encima de una pelota para hacerla rodar. Si tiene salientes, puede servir para incrementar la circulación sanguínea, pero también vale una pelota de tenis normal. Otra opción es remojar los pies en un barreño de agua tibia o en una bañera de hidromasaje para pies. Si añadimos algún aceite esencial, el efecto será más relajante. Al terminar aplicamos una crema hidratante por todo el pie, masajeando suavemente con las yemas de los pulgares, hasta que se absorba por completo.
Aparte de estos consejos para cuidar los pies, hay que seguir los consejos de los profesores en clase de baile sobre calentamientos, estiramientos, posturas adecuadas, y posiciones sin formar el cuerpo.
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