3 bailes prohibidos a lo largo de la historia
El tiempo lo pone todo en su sitio. En cada generación ha habido un baile nuevo que se ha considerado demasiado atrevido. En algunos casos, hasta se han prohibido. Aquí te contamos la historia de 3 bailes prohibidos.
El baile está ligado a la juventud, a los cuerpos y a la expresión de las emociones. Por eso ha sido siempre un motivo de preocupación y pudor para los padres y los líderes espirituales, que ven en estos bailes pecado, tentación y sensualidad sin control. Esto hace que mucha gente vea un baile determinado con malos ojos o que incluso intenten prohibirlo. Hoy en día, eso está pasando con el twerking.
¿Te ha pasado alguna vez? ¿Has mirado a los bailarines de un estilo determinado y has pensado «Qué vergüenza, eso es demasiado explícito»? Queremos que te atrevas con todo, que te quites la vergüenza. Por eso hoy te contaremos la historia de 3 bailes prohibidos en su momento que te dejarán con la boca abierta.
1. El vals
¿Te lo imaginas? Hubo una época en la que el vals se consideraba un baile inmoral y atrevido y en algunos países fue un baile prohibido. Los jóvenes del siglo XVIII y XIX vieron el vals como una manera de esquivar la rigidez del minué, donde solo podían tocarse las manos y todo estaba medido al milímetro, para poder tener más contacto con sus parejas y moverse con libertad. El diccionario Oxford lo describía en 1815 como “inmoral, desenfrenado e indecente”.
2. El tango
Los ritmos latinos suelen estar en el punto de mira de los censores. Su aire sensual y animado, con mucho movimiento de caderas y contacto entre los bailarines, ha escandalizado a lo largo de la historia a muchas personas, y este ha sido el caso del tango. Se consideraba que este baile de los bajos fondos de Argentina incitaba a la lujuria. Muchas dictaduras también prohibieron tangos por sus letras llenas de erotismo y dirigidas a las clases menos acomodadas.
3. El rock n’ roll
¿Has visto alguna vez un vídeo de Elvis Presley cantando? ¿Y has visto ese desenfadado golpe de cadera al ritmo de la batería? En su momento se vio como demasiado provocativo. También tuvo que ver el racismo de la época, pues sus ritmos se veían como propios de la música afroamericana. La policía de Los Ángeles llegó a pedirle una vez que no bailara durante una actuación y las televisiones emitían sus conciertos enfocándolo de cintura para arriba. Seguro que ver a las jovencitas llorar y chillar en sus conciertos no ayudó precisamente a tranquilizar esas ideas. Incluso se llegó a decir que el rock n’ roll convertía a los jóvenes en satánicos. Lo gracioso es que, según Elvis, él no pretendía ser rompedor. Simplemente le gustaba bailar así.
Sorprendente, ¿verdad? Estos bailes de salón hoy en día se consideran una forma divertida e inofensiva de moverse. Algunos jóvenes incluso los considerarían un poquito anticuados (aunque eso es porque aún no los han probado). Así que quítate la vergüenza de bailar por miedo al qué dirán. Lo que hoy se considera atrevido e inmoral mañana puede ser un clásico de la danza. ¡Sé como Elvis y baila como quieras!