Moldea tu figura con danza jazz

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Puede que hayas oído hablar del jazz como danza pero no tengas muy claro en qué consiste exactamente. Además, si has visto alguna clase o espectáculo habrás notado que los bailarines bailan, giran y saltas al ritmo de otras músicas que no son jazz. A continuación te explicamos brevemente qué es la danza jazz, por qué se llama así y lo mejor, qué beneficios nos aporta.

Sus orígenes

La danza jazz surgió en los Estados Unidos como una vía de expresión ante la opresión racista del siglo XIX. Sus raíces, como la de casi todos los estilos actuales, se sitúan en las danzas tradicionales africanas. El jazz como baile, por tanto, fue siempre un baile popular, una herramienta emocional y social para sobrellevar la frustración de la desigualdad.

Durante su evolución, se incluyeron elementos de tap, danza contemporánea y ballet. Algunos de sus movimientos recuerdan un poco al famoso charlestón de los años 20. Más tarde se adaptaron también movimientos de danzas caribeños y Broadway popularizó este estilo a nivel mundial. En sus inicios se llamaba danza jazz al baile acompañado de música jazz. Pero en la actualidad se utiliza para referirse a las espectaculares coreografías del género de teatro musical. Lo podemos encontrar en distintos estilos y formas y con música actual de lo más variopinta. La danza jazz es un estilo increíblemente flexible.

Beneficios de la danza jazz

La danza jazz se caracteriza por trabajar la flexibilidad del cuerpo. En especial la parte del torso. A diferencia de otros estilos, no requiere demasiadas rotaciones, por lo que es apta para todos los cuerpos, niveles y capacidades físicas. Nos permite desarrollar un mayor reconocimiento del cuerpo, incrementa nuestra capacidad imaginativa, reduce el nivel de estrés y proporciona una enorme satisfacción.

Al ejecutarse por medio de coreografías grupales la danza jazz es un deporte de equipo, pero también individual. Cada bailarían ha de trabajar en clase para que lograr que el conjunto sea armonioso. Pero para ello, también tiene que superarse a si mismo cada día. En las coreografías de grupos, aunque no se tenga el papel protagonista, cada participante es fundamental para que toda la escena se desarrolle perfectamente y que el resultado general sea excelente. Este tipo de trabajo en equipo, es muy beneficioso a nivel emocional ya que aporta una sensación fuerte de integración y pertenencia que contribuye a mejorar la autoestima y la autoconfianza.

Por otra parte, la danza jazz es perfecta para moldear la figura. Podemos quemar calorías mientras nos divertimos y además estaremos tonificando la musculatura y mejorando la resistencia, la fuerza y la flexibilidad. Y eso, a nivel estético, se nota enseguida.

La salud también agradece el baile. La danza jazz ayuda a mejorar la circulación sanguínea ya que es un buen ejercicio aeróbico. ¿Por qué pasar una hora aburrida mirando la pared en una bicicleta elíptica? ¡Podemos bailar y obtener los mismos beneficios! Además, ayuda a prevenir los problemas de artrosis, al ejercitar de forma constante músculos, cartílagos y articulaciones. Y por supuesto, al activar todo nuestro cuerpo, también mejorarán hasta nuestras digestiones.

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