Orígenes del tango, uno de los estilos de baile más atractivos de los bailes de salón
El concepto bailes de salón engloba bastantes estilos. La mayoría son muy diversos, pero todos tienen un elemento en común: se bailan en pareja. Uno de ellos es el tango. Es un baile visualmente muy atractivo, por lo que también es de los más atractivos para los bailarines. También es un estilo lleno de sensualidad, por lo que ver una exhibición de baile con el tango como centro es un espectáculo para los sentidos. Pero ¿de donde viene? Los orígenes del tango se encuentran en los arrabales de Buenos Aires.
El tango nació hacia principios del siglo XIX, en Argentina. Y desde entonces hasta ahora su popularidad no ha dejado de crecer. En Argentina se ha convertido en una especie de elemento de identidad nacional, pero ya tiene presencia en prácticamente todo el mundo. Y no sólo se han abierto academias donde aprender a bailar el tango por todo el mundo. También lleva casi una década, desde 2009, incluido en la lista del Patrimonio Mundial Inmaterial de la UNESCO.
Los orígenes del tango: Buenos Aires
Como suele suceder con muchos estilos de baile, los orígenes del tango están en una zona habitada por gentes humildes. En concreto, en un barrio de la capital de Argentina, Buenos Aires. En los primeros años del siglo XIX, los barrios habitados por la población más modesta de la ciudad eran un hervidero de personas de orígenes muy diverso. Por un lado, argentinos de origen africano y emigrantes procedentes del caribe. También habitantes autóctonos.
Como en tantas ocasiones, el tango nació de una mezcla de estilos que ya bailaban los habitantes de la ciudad. Y también de algunas danzas africanas. La mezcla de todos ellos dio origen al tango, que acompaña desde entonces a melodías del mismo estilo, con acordes que hacen que el baile se adapte a la música. Los primeros bailarines de tango se encargaron de refinar los pasos de baile. Y cuando empezaron a llegar a Argentina los inmigrantes procedentes de Europa y a instalarse en los barrios humildes de Buenos Aires, adoptaron el tango y le agregaron algún que otro paso más.
Tal como hemos mencionado, los orígenes del tango beben directamente de ritmos africanos y caribeños, además de tener numerosas influencias. En la música, pero sobre todo en el baile. Entre los estilos que han influido en el tango están la milonga, el candombé, la habanera, el chotis o el cuplé. Todos aportaron su granito de arena para que el baile del tango evolucionase hasta la actualidad.
Expansión del tango
Poco a poco, la música y el baile se fueron extendiendo por la ciudad. Con la ayuda de organillos, y de parejas de hombres que bailaban por las calles de Buenos Aires, llegó por fin a los barrios de las clases pudientes. Y de allí, al resto del mundo. A principios del siglo XX ya se había convertido en uno de los bailes más populares de Europa. También había llegado a Estados Unidos. En cuanto a su país de origen, Argentina, disfrutó de una bonanza económica notable en los años 30 y 40 del siglo pasado, que también se notó en el tango.
El baile se volvió más rico, y nacieron diversas variedades de tango. Poco a poco fue ganando peso en el país. Tanto, que desde 1977 incluso se celebra el Día Nacional del Tango, que conmemora la fecha de nacimiento de Carlos Gardel y Julio de Caro, dos de los principales cantantes de tango de la historia.
En la actualidad sigue habiendo distintos estilos al bailar el tango. Pero todos tienen un denominador común: los bailarines, que danzan agarrados, dibujan diversas formas en el suelo con sus pies. El abrazo que se dan para danzar también es distinto en función del estilo. En algunos lo hacen en forma de V, en otros el abrazo es más estrecho, y en otros, abierto. En cualquier caso, bailarlo es, además de un baile muy bello de ejecutar, también de ver. Para dominarlo, nada mejor que acudir a una academia que, dentro de los bailes de salón, enseñe a bailar el tango.