Aprender a bailar funky
El funk, como género musical apareció a mediado de la década de los 60 en las calles de Nueva York. Es una fusión de varios estilos musicales afroamericanos como el rithm&blues, el soul y el soul jazz. Esta mezcla dio lugar a un nuevo estilo de música con un ritmo tan pegadizo como bailable y absolutamente inconfundible. Figuras que consolidaron el funk como género musical fueron artistas como James Brown o grupos como The Temptations.
La palabra funk proviene del argot norteamericano. Etimológicamente hace referencia a un olor corporal fuerte y desagradable. Pero como ocurre en los inicios de muchos bailes sociales, lo que nació como algo subversivo y marginal, se transforma con el tiempo en algo positivo. Así que, gracias al ritmo de la música, lo funky es hoy sinónimo de sensualidad alegre, sudor festivo y placer colectivo. Aprender a bailar funk es sinónimo de diversión.
En la música funk predomina la percusión y el sonido del bajo. Esto favorece la sincronía, el ritmo y la improvisación. Los grupos que interpretaban este tipo de música dando protagonismo al ritmo del bajo, guitarras con gran efecto, algunas secciones de viento y una potente percusión.
Aprender a bailar funky
Obviamente, hoy día, el funk ya no se baila con la música disco de los años 60. Las coreografías de este estilo van acompañadas con ritmos musicales más electrónicos como el miami bass o incluso el pop. Lo principal es que tenga un ritmo contagioso y bailable.
En el funky como baile, la expresión corporal se realiza con movimientos que acompañan la fuerza del ritmo. El estilo es similar al hip-hop, que también se baila con movimientos a contratiempo. La actitud del funky es desenfadada, con un estilo callejero, de pandilla que se divierte. El funky también se conoce como “Jazz-Funk” o “Sexy Style”. En la versión moderna, se ha ido desarrollando más esta vertiente sexy y seductora, como podemos ver en artistas como Beyoncé o grupos del estilo de Pussycat Dolls. Se caracteriza por tener unos pasos muy marcados y sensuales. Al mismo tiempo los movimientos se expresan con fuerza y precisión, así los bailarines dan una imagen de seguridad y seducción.
Aprender a bailar funky no es complicado, aunque requiere cierta resistencia física ya que es un baile intenso. Pero con el tiempo y la práctica, irás aguantando más. Las coreografías son bastante elaboradas así que también te obligará a desarrollar tu memoria y aún más tu coordinación. Con el tiempo, llegarás a tener interiorizados los pasos de baile más básicos y podrás combinarlos a tu manera, improvisando en la dancefloor. Las clases de funky son una forma de pasar un rato muy divertido, hacer ejercicio y conocer gente nueva. Además, al ser un trabajo en equipo, favorece las cualidades de cooperación, solidaridad y compañerismo.
En DanceEmotion contamos con excelentes profesores que dominan el estilo funk y muchos otros. No lo sigas dejando para mañana. Escoge el ritmo que más te guste y con el que más te identifiques y atrévete a bailar.