El origen del Twerking

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El twerking es un tipo de baile de carácter provocativo que ha conseguido una gran popularidad en los últimos años. Se basa en realizar sensuales movimientos pélvicos para agitar los glúteos al ritmo de la música. En un principio era practicado sobre todo por mujeres como una forma de incitar al sexo opuesto, aunque con el tiempo han comenzado a bailarlo también los hombres.

El origen del twerking

El twerking forma parte de lo que se conoce como ‘cultura bounce’, un tipo de música derivado del hip-hop, que nació en Nueva Orleans y cuyo ritmo derivó en el ‘booty-shaking dance’, después rebautizado como twerk. Parece que este baile centrado en el trasero se hizo famoso gracias a Miley Cyrus cuando lo bailó de forma muy polémica en los premios MTV en 2013. Sin embargo, su procedencia es mucho más antigua y cuenta con diversas influencias.

Los movimientos de este provocador baile tiene influencias africanas, especialmente de danzas como el mapouka. Pero uno de los estilos que más ha influido sin duda en la actualidad es el perreo, asociado a la cultura del reguetón, y que ha ayudado a darle más complejidad a los movimientos.

Al principio el twerking estaba relacionado como las strippers y la cultura hip-hop, pero a partir del año 2000 empezó a extenderse por otros ambientes. Cantantes influyentes como Beyoncé, en 2006 ya empezaron a bailar este tipo de baile, y finalmente Miley le dio el empujón final en 2013.  En la actualidad, lo practican una gran cantidad de personas de ambos sexos y forma parte de la cultura popular de los millennials más jóvenes y la generación Z.

Beneficios del twerking

Gracias a esta gran fama adquirida en los últimos años, el twerking ha ganado también en complejidad. Además, ya no es solo un baile provocativo que consiste simplemente en mover el trasero. Hoy día se ha convertido en una forma divertida y amena de realizar ejercicio aeróbico y fortalecer la musculatura de la parte inferior. Bailar twerk requiere utilizar los músculos de los glúteos, las caderas y las piernas.

Según algunos estudios, una sesión de una hora de twerking puede ayudar a quemar hasta 600 kcal, gracias al ritmo rápido de los movimientos y el esfuerzo que deben efectuar diferentes músculos. Es por esto que en la mayoría de escuelas de baile se ha introducido este tipo de baile en su oferta.

¿Cómo se baila?

El twerking, como muchos bailes urbanos, no se rige por una coreografía específica. Es libre e improvisado y cualquiera lo puede practicar. Consiste en hacer una combinación de movimientos que involucran las caderas, los glúteos y las rodillas, de manera similar al perreo del reguetón. Se inicia en una posición con las rodillas ligeramente flexionadas, con las manos en las caderas. Las caderas y la pelvis se mueven hacia dentro y hacia fuera al ritmo de la música, de modo que los glúteos se agiten notablemente. A media que se baila se pueden incluir otras variantes, como en cuclillas, agachados, con una pierna levantada, de rodillas, y en posturas que aumenten su complejidad.

El twerking se ha convertido en la representación de una época y de la cultura urbana más actual. Pero también es una gran manera de ejercitarse, mantener el cuerpo activo, fuerte y sobre todo de pasar un buen rato.  Si te apetece aprender a bailar este ritmo con mucho estilo y actitud, contacta con nosotros y empieza cuanto antes.

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