Condiciones físicas para bailar
¿Hay que tener unas condiciones físicas especiales para la danza? No necesariamente. Es común pensar que para entrar en el mundo del baile hay que iniciarse desde bien pequeños. También se suele pensar que para la danza hay que tener un cuerpo especialmente dotado. Las clases serían para el estudiante, como tallar un diamante. Aunque hay algo de cierto en estas afirmaciones, también hay mucho de mito.
En realidad la virtud del cuerpo y las condiciones físicas genéticas no sirven de nada sin una actitud mental adecuada. No todos los que bailan y tienen buenas capacidades pueden llegar a ser bailarines profesionales. Pero sí aquellos con la voluntad suficiente para llegar al máximo de sus posibilidades físicas. Tener una buena predisposición corporal para el movimiento no implica que esa persona pueda ser una buena artista. Incluso podríamos decir que en ocasiones esta facilidad innata puede ser un arma de doble filo. Sobre todo cuando quien posee este don, no hace todo lo posible por exprimirlo y trabajarlo a diario. Si el bailarín no se ejercita con constancia, sus capacidades especiales no le aportarán ninguna ventaja frente a otro que no las posea, pero que, sin embargo, sí trabaje con gran empeño.
La danza es un arte que debe ir asimilándose cada día. Es un trabajo lento y constante de moldeado del cuerpo, igual que un alfarero modela la arcilla, con esmero y paciencia. El profesor tendrá que ser capaz de detectar en cada alumno tanto sus debilidades como sus virtudes. Así podrá guiarlo para que trabaje todo lo que pueda sus puntos débiles y le saque todo el partido a sus virtudes. Solo de este modo podrá dar lo mejor de sí.
La danza es para todos los cuerpos
Pensar que ya se es mayor para aprender a bailar o para corregir ciertas posturas, son ideas limitantes. Las condiciones físicas se pueden mejorar a cualquier edad así como educar al cuerpo en la ejecución de nuevos movimientos. La danza es un arte al alcance de todos los cuerpos. Y aporta, además, incontables beneficios a todos aquellos que decidan afrontar el reto. Alinea el cuerpo, fortalece la musculatura, mejora la memoria y la coordinación y entrena la mente.
Independientemente de las condiciones físicas del bailarín, la clave de su éxito se encuentra en su cerebro. La capacidad de practicar con voluntad y explotar las posibilidades corporales, es lo que hará posible que el bailarían pueda ejecutar sus movimientos con calidad y alcanzar las metas que se haya propuesto.
La virtud de conmover
En cualquier tipo de danza lo que se pretende es conmover. Y esa es una capacidad que no está vinculada a las condiciones físicas del interprete. Es algo que hay que desarrollar en la mente y en el corazón. Un bailarín virtuoso que domine la técnica a la perfección estará a medias si no transmite emociones. Un buen artista de la danza, es más que un ejecutor de movimientos. Es alguien que además, es capaz de llenar su lenguaje corporal de matices, de sentir cada paso, fundirse con la música y lograr proyectarlo a su público.
En Dance Emotion animamos a todos aquellos que se se interesan por la danza, a liberarse de los prejuicios sobre las condiciones físicas necesarias para bailar. Cada persona es diferente, cada uno dispone de talentos diversos. Y muchos, aún pendientes de descubrir.